Mar de nadie, martes 28 de julio de 2009

A veces toca improvisar, y así ocurrió en esta edición de Mar de nadie. Las invitadas previstas no pudieron acudir, así que nos olvidamos del guión, y con una buena provisión de noticias y música (y ron...) la navegación transcurrió sin más percances.

Plasticidad y potencia en esta imagen que tan amablemente nos cede Juanmi Alemany
del triatlón celebrado en El Médano el pasado sábado 25 de julio.

Carmen Pérez nos trajo uno de sus relatos, en esta ocasión muy real:

MARINERO

Su padre y su abuelo no eligieron el mar por vocación, sino por simple necesidad de subsistir. En aquellos años, en El Cotillo, no había otra forma de sacar una familia adelante: los hombres se echaban a la mar en busca de una buena pesca y las mujeres se dedicaban a mariscar, a salar el pescado o a secarlo al sol, para hacer las hareas.

Pero él, sí que se enamoró del mar, tanto, que estudió para hacer de él su profesión.

Conoció a la que sería su esposa y la madre de sus hijos, pero nunca la mujer de su vida, ya que su gran amor fue el mar y a ella no pudo darle más que una vida llena de ausencias.

Llegaba a casa tras muchos meses navegando, siempre cargado con regalos exóticos: decoración del Aiún, vestidos saharauis, figuras de ébano… pero aquella primera ilusión se esfumaba y pronto tenía que volver a embarcarse. Así pasaron muchos años en los que sus hijos fueron creciendo y convirtiéndose en unos desconocidos.

Él no aparece en sus fotos de bautizos y cumpleaños.

Generalmente, se embarcaba cuando su mujer estaba embarazada y volvía cuando el niño ya tenía varios meses. Debe ser duro para un hombre llegar a casa y que le presenten a un hijo al que no ha visto nacer. Pero también, debe ser duro para una mujer, dar a luz sin tener a su lado alguien a quien cogerle la mano.

En los barcos se acostumbró a tratar con hombres tan rudos como él y encontró a un amigo inseparable, el alcohol. De tal forma que cuando por fin consiguió un trabajo que, estando relacionado con el mar, le permitía pasar más tiempo en casa, ya no sabía convivir con aquella familia, a la que no conocía, y tuvo que volver a marcharse.

Así, no aparecería tampoco en las fotos de bautizos y cumpleaños de sus nietos.

Con el tiempo, el exceso de alcohol le produjo una enfermedad que afectó a sus extremidades y le impedía caminar.

No puedo decir que el mar fuese el culpable de sus problemas con el alcohol ni con las relaciones familiares. Pero hoy vive sólo y en una silla de ruedas, como si su destino fuese no poner nunca los pies en tierra firme.

. . . .

En puerto nos esperaba un magnífico comité de bienvenida, con quienes brindamos con cava tras el programa para celebrar esta primera etapa de navegación, que reanudaremos en septiembre. Hasta entonces, feliz verano a todos y muchas gracias. Con la lista de temas que sonaron, y el audio del programa, nos despedimos. Buen viaje!

Héroes del Silencio --- Mar Adentro
Chris Rea --- On the beach
The Bahareebas --- Ocean Cowboy's last Ride
Carlos Chaouen --- Déjalo Fuera
Janis Joplin --- Summertime
Vicentico --- Tiburón
Duncan Dhu --- Cien gaviotas
Peret --- Una lágrima cayó en la arena
Lost Acapulco --- Surfin' Bird

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